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La noche de los dedos manchados

 La noche de los dedos manchados.


Vasito de ponche tibio a cambio de los dedos manchados, debió ser el eslogan de la noche que prendió doña Tonantzin el arbolito navideño, nada digno para un Pueblo Mágico, triste, disperso, pobre, entre la mediocridad y el abandono.

Pero bueno, el asunto no es el mentado arbolito, sino el ponche que se repartió entre el pueblo que se dio cita, unos 800 o mil cholultecas que abarrotaron la plaza de la Concordia, aunque se publicó que fueron 15 mil (aquí una carcajada), perdón, pero no caben 15 almas en la explanada de Cholula, ni trepados en los árboles o sobre el portal. Pero bueno, hay que justificar el gasto.

Los que repartieron el ponche, pidieron a los “beneficiados” del noble gesto, pusieran sus huellas digitales en un papelito, bueno únicamente los pulgares de ambas manos y listo. Esto se hizo para que no repitieran, algo así como las votaciones. Una orden que denigra la dignidad de los cholultecas, acostumbrados a ser buenos anfitriones y que no te piden tu huella digital en el famoso tequio o cuando te invitan a las grandes comidas que organizan los fieles y sus mayordomos. Lamentable que doña Tona no respete la dignidad del pueblo que le dio el voto. Los mas humildes, los mas necesitados.... lamentable.

Bueno este fue el asunto de los dedos manchados, que, entre el vasito tibio de ponche y alguna rechifla a los organizadores, el aire terminó con los inflables mal puestos. Por cierto, no hay nacimiento cristiano porque la mami de doña Tona no cree en esas cosas (dicen), de a perdis hubiera puesto el nacimiento de Tezcatlipoca con una danza de ofrecimiento ¿O no? 15-12-2024



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