Un personaje que tendrÃa mucho que explicar sobre lo que su sucedÃa en el Instituto Poblano de la Juventud (IPJ), organismo descentralizado sectorizado a la SecretarÃa de Educación Pública, es el director de Administración y Finanzas, Marco Antonio Huerta Romero, por cierto, sobrino del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
8 de noviembre de 2022
El IPJ ha sido utilizado en este gobierno, como en los anteriores, como un instrumento de cooptación y control polÃtico al servicio del partido en el poder y la administración estatal, pero también como caja chica de algunos polÃticos como Eric Cotoñeto Carmona y Jorge Mota Jiménez.
La remoción de José Antonio GarcÃa Ortega como director general del Instituto es resultado de cuatro factores: La defenestración de su padrino polÃtico, Eric Cotoñeto, el empoderamiento de Jorge Mota, actual secretario de Finanzas del Comité Ejecutivo Estatal de Morena, en alianza con el director de Administración y Finanzas del organismo; sus escasos logros en términos clientelares; y sus excesos como servidor público, como llegar alcoholizado y drogado a laborar.
Para quienes trabajan en el Instituto no es ningún secreto que el removido José Antonio GarcÃa siempre estuvo acotado por el sobrino del gobernador, quien no respeta los horarios laborales, pues se ausenta por horas o dÃas sin ninguna justificación, lo cual puede demostrarse con la memoria del biométrico instalado en las oficinas; ni la supuesta jerarquÃa del director general, al desdeñar las juntas que éste convocaba; conducta que replicarÃan sus subordinadas: la jefa de Recursos Humanos y Financieros, MarÃa de Jesús RamÃrez Morales, y la jefa de Recursos Materiales y Servicios Generales, Diana Karen Cruz Hernández.
Estas últimas, por cierto, tendrÃan que ser investigadas pues para los empleados del IPJ no es secreto el enriquecimiento que han tenido, ni los autos que han adquirido como una camioneta de reciente modelo Nissan Kicks y un jeep Journey también de reciente modelo.
Una cuestión que abona a la hipótesis de que el director de Administración y Finanzas fue quien operó la remoción de José Antonio GarcÃa es el hecho de que aquél se desentendió de la auditorÃa y los pliegos de observaciones que emitió la AuditorÃa Superior del Estado (ASE) al IPJ sobre el ejercicio de 2020, no obstante que muchas de las operaciones y gastos que el destituido director general no puede comprobar fueron instruidos por quien realmente mandaba en el organismo: Eric Cotoñeto.
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