Ante de que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta vuelva a ser engañado con reportes de que en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Puebla se acabaron los privilegios, con la demolición del llamado Pueblito y sus 104 cuartos privados, éste debería pedir informes sobre la tiendota de abarrotes que se instaló y cómo le hacen los internos para mantenerse activos en sus redes sociales como Facebook.
23 de julio de 2022
Los privilegios que se pagaban en “El Pueblito”, se trasladaron al interior de los dormitorios, donde hay reos que pueden vivir solos, y contar con equipos eléctricos, como televisores de pantalla plana, refrigeradores, hornos de microondas y reproductores de sonido, pagando 10 mil pesos mensuales, a diferencia de la mayoría de los reclusos, que viven hacinados en celdas donde meten hasta 12 personas.
Contrario a la versión oficial, en el Cereso de Puebla los teléfonos celulares proliferan, y la prueba más contundente son las imágenes que los propios internos suben a su Facebook, entre ellos Felipe Almazán Castorena y su hijo Felipe Almazán Sotelo, que tienen fotos recientes de hace un día, hace 6 o fechadas el 23, el 24 y el 25 de junio.
Almazán Castorena, que está recluido en el penal de San Miguel desde mayo de 2012 por delitos de narcotráfico, no es la primera vez que presume sus ‘selfies’ dentro de la cárcel.
En octubre de 2015 se difundieron por correo electrónico fotografías suyas, recostado en la cama de su celda, mientras mostraba a la cámara abanicos hechos con billetes, producto de la venta de estupefacientes.
Lo que las autoridades del Cereso de Puebla sí han logrado es ampliar la brecha entre reos pobres y reos ricos, pues unos ya no tienen dinero para rentar un teléfono celular, y los otros tienen ahora que pagar hasta 1,500 pesos a la semana para establecer contacto con sus amigos y conocidos del exterior del penal.
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