Las Naciones Unidas reconocieron el 21 de junio de 2019 como el Día Internacional de la Celebración del Solsticio.
El 21 de junio es el primer día del verano y a su vez, es el día más largo del año en cuanto a horas de luz se refiere. Por ello, en los países del hemisferio norte se suelen celebrar eventos y actividades que evidencian la importancia del astro rey para el planeta y para la vida en la Tierra.
Antecedentes
La palabra solsticio viene de "sol" y y "sistere" (quedarse quieto) ya que el movimiento estacional de la trayectoria diaria del Sol (como se ve desde la Tierra) parece "quedarse quieto" en un límite norte o sur antes de invertir la dirección. Es un evento que ocurre cuando el Sol alcanza su máxima declinación norte o sur en relación con el ecuador. Por lo tanto, hay dos solsticios que ocurren anualmente: uno alrededor del 21 de junio (comúnmente conocido como "Solsticio de verano" por ser el primer día de verano y el día más largo del año) y el 21 de diciembre (comúnmente conocido como "Solsticio de invierno" por ser el primer día de invierno y el día más corto del año).
Por otro lado, un equinoccio, derivado del latín aequinoctium, de aequus (igual) y nox (noche), se considera comúnmente como el instante en que el Sol está situado sobre el ecuador, y esto ocurre dos veces al año: alrededor del 20 de marzo (llamado "Equinoccio de primavera", ya que marca el comienzo de la primavera en la mayoría de las culturas) y el 23 de septiembre (llamado "Equinoccio de otoño", ya que marca el comienzo del otoño). Los equinoccios son los únicos momentos en que el terminador solar (el "borde" entre la noche y el día) es perpendicular al ecuador y, por lo tanto, el día y la noche tienen aproximadamente la misma duración.
Los solsticios, junto con los equinoccios, están conectados con las estaciones, las cosechas y el sustento. Por lo tanto, muchas culturas celebran diversas combinaciones de los solsticios, los equinoccios y los puntos medios entre ellos, lo que lleva a que surjan varios días festivos en torno a estos eventos.
Festival del Fuego del Solsticio de Verano en los Pirineos
Inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad UNESCO's
En la región pirenaica las fiestas del fuego tienen lugar todos los años durante la noche del solsticio de verano. Cuando cae la noche, los habitantes bajan con antorchas encendidas desde las cumbres de las montañas hacia sus pueblos y ciudades, prendiendo fuego a toda una serie de fogatas preparadas a la usanza tradicional. Para los jóvenes, el descenso de la montaña es un acontecimiento de especial importancia, ya que simboliza su paso de la adolescencia a la edad adulta. Se considera que las fiestas del fuego constituyen una ocasión para regenerar los vínculos sociales y fortalecer los sentimientos de pertenencia, identidad y continuidad de las comunidades, de ahí que su celebración vaya acompañada de comidas colectivas y cantos y bailes folclóricos. Estas expresiones culturales están profundamente arraigadas en las comunidades y se perpetúan gracias a una red de asociaciones e instituciones locales. El lugar de transmisión más importante de este elemento del patrimonio cultural inmaterial es el hogar familiar, donde sus miembros lo conservan vivo en la memoria.
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