Por Edmundo Velázquez / 26.04.2021 /
Hoy se cumplen cinco días desde que desconocemos el paradero del aún diputado y presunto pederasta, Saúl Benjamín Huerta Corona.
Día con día se han sumado agravios contra el diputado de Morena.
Ya hay dos denuncias penales en su contra, y tres casos que han llegado a los medios de comunicación de jóvenes, todos menores de edad, quienes se vieron sometidos por Huerta desde que llegó a la diputación federal.
Aún no han aparecido víctimas registradas previo al año 2018, cuando era prácticamente un priista de la pipitilla tricolor, pero eso no indica que no puedan surgir casos más antiguos.
Pero, a los casos del escándalo sexual de Huerta tiene que sumarse la mafia inmobiliaria que encabeza su hermano en San Francisco Totimehuacán.
Este día en PÁGINA NEGRA relatamos la historia de una mafia inmobiliria que intenta hacerse de más de 70 hectáreas que están siendo invadidas en la Tercera Sección de San Francisco Totimehuacán, las cuales algunas ya están repartidas en lotes y hasta vendidas, en cómodos paguitos, a gente de escasos recursos.
La maniobra legal para hacerse de estos terrenos está en marcha desde el 2020, y está encargado el hermano del diputado y presunto pedersta. Así es, Saúl Huerta tiene a su hermano, Octavio Huerta en este sucio negocio.
Casualmente, la misma zona por la que fue electo Saúl es donde su hermano ha intentado hacer negocios sucios.
Octavio Huerta se escuda en un falso sentimiento hipernacionalista en Totimehucán para “sacar” a foráneos que han comprado de manera legal los terrenos. Entran con maquinaria a los predios, sacan tepetate y lotifican en espacios de 120 metros cuadrados.
Con ayuda de la Unión Nacional de Ejidos Forestales Agropecuarios (UNEFA) embaucan a gente de escasos recursos a quienes les prometen un cachito de tierra con pagos semanales que van desde los 400 pesos.
La UNEFA permite que los compradores aparten con 500 pesos. Y dos semanas o tres semanas después les plantean que puedan entregar más dinero para afianzar el terreno que ni siquiera está legalizado.
Además, esta mafia les financia a crédito material de construcción para que inicien con los cimientos de sus nuevas propiedades, provocando así que sea aún más complicado que la gente después abandone el predio que ya le fue despojado al verdadero propietario.
La mecánica de Octavio y Saúl Huerta en Totimehuacán está bien ensayada y en ella están relacionados otros personajes.
Por ejemplo Arturo Terrazas Malaca, quien también busca convertirse en presidente auxiliar de Totimehuacán, o Jesús Aguilar Garzón, quien es el dirigente de la UNEFA.
Y aunque previamente Saúl Huerta ha intentado desligarse de su herman,o o decir que ya no son cercanos y la mafia inmobiliaria no le concierne, hoy debemos dudar en todo lo que diga el aún diputado federal.
Si fue capaz de drogar y abusar sexualmente de niños, ¿no será capaz de embaucar a gente de bajos recursos y despojar a los legales propietarios de estas tierras?
Los delitos solamente se le suman a un personaje gris como Huerta.
¿Lo alcanzará la justicia? ¿O ya habrá escapado del país?
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