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Andreas Kalcker presunto charlatán de la cura milagrosa

 Semana tras semana, circulan en internet nuevos “tratamientos” que prometen una cura veloz y accesible al COVID-19. Y, así tan fácil como es dar Me Gusta a un post de Facebook, miles de personas creen en ellos.


Una de las más recientes “soluciones” en cuestión es el dióxido de cloro (CDS), sustancia que según sus defensores previene y cura el COVID-19. El principal argumento a favor del uso del CDS es que libera oxígeno dentro del cuerpo de la persona que lo consume. Una cualidad indiscutiblemente atractiva cuando el mundo entero lucha contra un virus que asfixia. En países de América Latina, donde no hay suficiente medicina y los precios son inaccesibles para millones de personas, estas “alternativas” reúnen seguidores con facilidad. En Perú, un grupo de manifestantes realizó una protesta en las calles a favor de las “bondades” del dióxido de cloro. En Bolivia, hay tantas figuras públicas recomendándolo que el Ministerio de Salud ha decidido enjuiciar a quienes promuevan el CDS. La razón es la misma de siempre: no hay argumento científico que respalde este producto. Por el contrario, diversas instituciones advierten sobre sus riesgos, que pueden ir desde diarreas y vómitos hasta insuficiencia hepática aguda.

Pero algo sí está comprobado: el SARS-CoV-2 reduce los niveles de oxígeno en el organismo. De hecho, es una característica que ha sorprendido a más de un médico: “pacientes infectados con niveles extraordinariamente bajos de oxígeno en la sangre (hipoxia) usan sus teléfonos, conversan con los médicos y, en general, dicen sentirse ‘cómodos’. Los clínicos los llaman hipóxicos felices”, reportó la revista Science en mayo. Las causas hasta ahora se desconocen.

El principal promotor del CDS es el alemán Andreas Kalcker, quien se autonombra biofísico aunque sus títulos—de doctor en filosofía en medicina natural, biofísica natural y psicobioenergía—son de una universidad sin ningún aval académico que hasta 2015 vendía certificaciones con sello de La Haya. Kalcker afirma en su sitio web que la acción terapéutica del dióxido de cloro ocurre cuando una persona lo consume y entonces la molécula (ClO2) se separa y libera oxígeno. Según el alemán, esta aparente oxigenación permite curar cualquier tipo de enfermedad: desde gripa hasta cáncer y desde COVID-19 hasta VIH.

Para mayor información sobre este contenido: https://saludconlupa.com/comprueba/el-dioxido-de-cloro-no-oxigena-tu-sangre-pero-si-la-oxida/

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