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Trabajadores con ingreso inferior al costo de la canasta alimentaria

La población trabajadora que no puede comprar una canasta alimentaria básica, aumentó en abril-mayo, como consecuencia de las medidas para contener la propagación del Covid-19. El Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) aclaró que su reciente medición de la pobreza laboral no es estrictamente comparable, porque se basa en la ETOE (la encuesta telefónica, y no presencial, del Inegi, para medir la ocupación y el empleo), pero consideró válido su informe.

El mercado laboral y la contingencia sanitaria
A finales del primer trimestre de 2020, la Organización Mundial de Salud declaró la emergencia sanitaria derivado del virus SARS-CoV-2 (COVID-19), por lo que, en México, el Consejo de Salubridad General reconoce la epidemia[²] y establece la suspensión de actividades como medida de prevención y combate de la propagación del coronavirus COVID-19. De tal forma, se espera que los efectos de dicha crisis se materialicen en los siguientes meses.

Los resultados del ITLP del primer trimestre de 2020 presentan el panorama general del mercado laboral previo a los efectos de la declaratoria de emergencia emitida por el Gobierno Federal. Sin embargo, apoyan a identificar a los grupos vulnerables dentro del mercado laboral en los que recaerán los efectos de dicha declaratoria.

En los últimos 5 años, desde 2014, el porcentaje de la población con ingreso insuficiente para adquirir la canasta alimentaria había disminuido. En 2014, 42.3% de la población contaba con ingreso laboral insuficiente para adquirir la canasta alimentaria, mientras que en el primer trimestre de 2020 esta cifra es de 35.7%. De 2014 a 2020, trimestralmente, el valor mínimo tanto del porcentaje como el nivel máximo del ingreso laboral per cápita se presentó en el primer trimestre de 2020. Sin embargo, en este trimestre, aproximadamente 1 de cada 2 trabajadores eran informales. Esto resulta relevante, dado que los ocupados en la informalidad se encuentran más vulnerables ante la contingencia sanitaria y la desaceleración económica, ya que no cuentan con seguridad social y sus ingresos son menores.

En promedio, los ingresos laborales de los trabajadores formales son del doble de los trabajadores informales, $9,163.87 y $4,507.14, respectivamente. Estos ingresos pueden verse disminuidos, derivado de la contingencia.

Entre el cuarto trimestre 2019 y el primer trimestre 2020, disminuyó la población ocupada en 407.4 mil personas. Respecto a los trabajadores informales según actividad económica, se observa una disminución especialmente en la agricultura, ganadería, silvicultura, caza y pesca con 320.1 mil trabajadores menos, así como en transportes, comunicaciones, correo y almacenamiento con 51.5 mil trabajadores menos. Por otro lado, entre los trabajadores formales, hubo una caída en el comercio y la industria manufacturera, con 138.9 mil y 68.4 mil trabajadores menos, respectivamente.

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