Luis Miguel Barbosa era parte del gobierno de Enrique Peña Nieto,” a quien le había servido como presidente del Senado” y “recibió favores (…) por los servicios prestados en las reformas”, además de que “presumía su relación con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y con el jefe de Oficina en Los Pinos, Aurelio Nuño”.
Jueves, Octubre 17, 2019
Así describe el periodista Raymundo Rivapalacio al hoy gobernador de Puebla, en el artículo titulado “Prepotentes e impunes”, en el que también se se ocupa de Jaime Bonillla, gobernador de Baja California, y de Gerardo Fernández Nororña, diputado federal, todos de Morena.
El texto se publica en la versión impresa de Eje Central y en él Rivapalacio narra una escena en la que participan Barbosa y el expresidente Peña Nieto.
“La traición sí se paga. La primera vez que pisó el Hotel Hyatt en la Place Vendôme —la plaza más lujosa en el céntrico Barrio 2 de París—, Miguel Barbosa iba en la comitiva del presidente Enrique Peña Nieto, invitado de honor al desfile conmemorativo de la Revolución Francesa del 14 de julio. Era 2015 y Joaquín El Chapo Guzmán se acababa de fugar del penal de El Altiplano. Barbosa escuchó las reflexiones de algunos de los colaboradores más cercanos a Peña Nieto en el bar de la terraza del hotel en aquella crisis”.
Escribe Rivapalacio que el encuentro no era algo extraño pues “Barbosa era parte de ese gobierno, a quien le había servido como presidente del Senado. Barbosa era miembro del PRD y parte de la cúpula que negoció el Pacto por México que hizo leyes de esos acuerdos”.
Señala que al igual que otros legisladores clave del momento, Barbosa “recibió favores del gobierno por los servicios prestados en las reformas”.
Según Rivapalacio, aquella estancia en el Hotel Hyatt no fue la única de Barbosa en el lugar: “Esa vida le gustó a Barbosa, quien regresó al Hyatt de vacaciones pagando cerca de tres mil dólares la noche. Su paso por el Senado le alcanzó para hacerse de una casa en Coyoacán de la familia del expresidente Miguel de la Madrid por 10 millones de pesos, y comprar otra más en cinco millones en la Condesa. Barbosa pertenecía a la élite del poder y presumía su relación con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y con el jefe de Oficina en Los Pinos, Aurelio Nuño”.
Más adelante Rivapalacio describe “la mudanza” de Barbosa hacia Morena por la “zanahoria de la gubernatura de Puebla: “Había sido pieza importante en la alianza PAN-PRD para ungir como candidato a Rafael Moreno Valle, con quien rompió por su ambición de sucederlo, y bajo el abrigo de Morena compitió con su esposa Martha Érika Alonso, aunque perdió la gubernatura.
El periodista refiere el episodio reciente en el que Barbosa desató una ola de críticas por decir que a Dios castigó a los que le robaron la elección de 2018:
“Alonso murió en un accidente de helicóptero junto con Moreno Valle, el 24 de diciembre pasado, que hace unos días, en un mitin, recordándolo, Barbosa provocó un escándalo al afirmar que la justicia divina les había cobrado que le robaran la gubernatura. Todos le exigieron ofrecer disculpas, pero los ignoró. “Esperen sentados”, dijo. Barbosa se mostró como lo que no parecía ser: un político mezquino y miserable.”
http://www.ejecentral.com.mx/ayuda-de-memoria-prepotentes-e-impunes/
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