Con poco más de cuatro décadas de vida, José Octavio, decidió quitarse la vida, agobiado de haber violado y asesinado a Valeria, una niña de escasos 11 años de edad que ese día se cruzó en su vida. El cuerpo del violador colgaba de una cuerda sujeta al barrote de la celda, que como fiera herida esperaba juicio. Nadie se dio cuenta, de cómo llegó esa cuerda, ni cómo la sujetó al barrote, ni cómo se colgó para morir. El comunicado oficial redactado escuetamente como epitafio sobre una lápida de polvo acumulado dice: “Las diligencias para esclarecer las causas del deceso, y si hubo alguna omisión por parte de las autoridades carcelarias, están en curso y se determinarán conforme a derecho corresponda”. Lo cierto, lo concreto es que el violador fue encontrado sin vida, un cuerpo que quizás nadie reclame, porque nadie quiere publicidad negativa, ni estar relacionado con una bestia.
Este es en parte, el mensaje que fue difundido por las autoridades, tras el deceso del violador. Sea cierto lo que dicen las autoridades o no, la sociedad no clama justicia ni mayor detalle del deceso.
Valeria, una nena de 11 años de edad subió a la combi de la Ruta 40 en Ciudad Nezahualcóyotl y en su interior, en una parte del recorrido, fue violada y asesinada. Como perpetrador del crimen fue acusado José Octavio, el chofer de la unidad.
La madre de la víctima, Jaqueline Ortiz, acudió ante las autoridades tras percatarse del retraso de su hija. Con indiferencia los responsables le dijeron que debería esperar a que su hija regresara por sí misma, puesto que no había transcurrido el tiempo necesario para presumir una desaparición forzada y por el contrario, podría estar en esos momentos con su novio.
Tras la insistencia de los padres, las autoridades iniciaron las indagatorias un día después. Tan sólo seis o siete calles separaron a Valeria Gutiérrez de llegar a su casa en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México: ese corto recorrido en un combi de transporte público fue el escenario donde su agresor la violó y asesinó en la tarde del pasado jueves 8 de junio de 2017.
Su cuerpo fue hallado al otro día dentro del vehículo, acabando con las esperanzas de unos padres que la buscaron incansablemente desde su desaparición. El supuesto asesino, identificado por las autoridades como José Octavio fue capturado y puesto tras las rejas el día sábado.
De acuerdo a la Procuraduría General del Estado de México, José Octavio fue el responsable de violar y estrangular a la pequeña. Abandonando su cuerpo dentro del vehículo.
Según la narración de hechos, esa tarde el padre de la niña estaba con ella, pero como iban en bicicleta y empezó a llover, él decidió “parar una unidad de transporte público” y subir a la niña en ella. El funcionario detalló que el vehículo iba aparentemente vacío y el recorrido era de apenas unas seis o siete calles para volver a encontrarse con el padre. El cual, además, iba siguiendo la combi con la intención de no perderlo de vista.
“Había cierto tráfico y él consideraba que estaba en la posibilidad pues más o menos de no perderla de vista. Sin embargo, en algún momento perdió de vista a la unidad de transporte público y llegó al punto del encuentro y no encontró a la niña”.
Los padres desesperados iniciaron su búsqueda, primero en los paraderos cercanos a su domicilio, luego con la policía municipal, para luego dirigirse al Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA) de la Ciudad de México y al Centro de Justicia de Nezahualcóyotl de la Fiscalía de Justicia del Estado de México, a donde llegaron siendo entre las dos y tres de mañana de la madrugada del viernes, pero fue hasta las siete de la mañana, cuando les tomaron la entrevista a los padres, “se solicitaron las fotografías correspondientes a la familia, se presentaron las fotografías del caso y se terminó con el trámite burocrático alrededor de las 9 de la mañana”. Hasta el medio día es que se emitió la alerta Amber, el protocolo para encontrar de manera eficaz a menores cuya localización se desconoce.
Sin embargo, varios medios locales reportaron que la madre de Valeria, Jacqueline Ortiz, denunció demoras en la atención de los funcionarios, cuando ella y el padre les informaron sobre la desaparición. En entrevista con un noticiero la mamá aseguró: “Las autoridades desde que denunciamos que la niña estaba desaparecida fue muy poca atención. Yo les decía a la Policía: 'Mire, tiene 11 añitos, escasamente se puede defender… hay cámaras en cada esquina, por qué no me ayudaron, por qué”.
Alrededor de una hora después, el Comando C4 emitió un reporte asegurando que “se había hallado lamentablemente el cuerpo de la pequeña en el interior de la camioneta”, informó el Procurador en la entrevista. En la combi también se hallaron la ropa y la mochila de la pequeña, una camisa que pertenecería al agresor y un desarmador. Tras hallar el vehículo y preguntarles a chóferes de la ruta que transitó esa unidad, pudieron dar con el dueño de la “combi” y con quien la manejaba en el momento de los hechos: José Octavio. Cuando los agentes de la Fiscalía “le hacen el alto, el sujeto trata de correr, de escaparse, lo persiguen, lo revisan, le hallan un envoltorio de marihuana y también trata de evadir todas las preguntas que se le llevan a cabo. Es motivo por el cual es puesto a disposición y a partir de ahí inician todas las diligencias correspondientes que nos permiten establecer la relación de este sujeto con los hechos que tienen que ver con Valeria”.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México emitió un comunicado condenando el asesinato de Valeria y exigiendo una investigación “exhaustiva e integral para evitar que el caso quede en la impunidad”. A esta entidad le preocupó de sobremanera que la denuncia de desaparición interpuesta inicialmente por los padres “no fue debidamente atendida por las autoridades que conocieron de la misma”. De ahí que haya solicitado investigar la actuación de los servidores públicos que tuvieron conocimiento de dicha denuncia.
La comisión también se refirió como preocupante al hecho de que el presunto agresor estuviera trabajando como chofer “teniendo denuncias penales por abuso sexual en la Ciudad de México”, por eso también pidió que se indaguen por el estado de esas demandas y las causas penales iniciadas contra el supuesto asesino. “Asimismo, solicita a las autoridades que conocen del caso el que proporcionen la atención que requieran los familiares de la víctima, la cual debe contemplar apoyo psicológico y asesoría jurídica”.
Este lunes, según reportaron medios locales, un grupo de personas salió a las calles de Nezahualcóyotl a pedir justicia por el crimen de Valeria. Consignas como “Ni una más” y “No más feminicidios” fueron las exigencias que hicieron quienes participaron en la movilización.
Como parte de los compromisos que el alcalde de Nezahualcóyotl adquirió con los padres de Valeria, el ayuntamiento anunció que la ruta 40 del transporte público, que cubría la unidad involucrada al que la menor subió, “ha quedado suspendida hasta que cubra cabalmente con la Ley de Movilidad y Transporte estatal y garanticen que pueden brindar un servicio de calidad”, según informó un comunicado de la alcaldía.
En este sentido, Juan Hugo de la Rosa García indicó que es urgente revisar la situación de todos los operadores de las unidades del transporte público, para que “se les capacite y certifique de manera permanente, de modo que sólo puedan obtener una concesión aquellos que realmente estén preparados y cuenten con las condiciones médicas, psicológicas e incluso educativas para estar al frente de una unidad y no se repita un caso similar al de Valeria”. Además, informó que unas de las principales medidas son incrementar los operativos de seguridad en “combis”, camiones y microbuses en puntos aleatorios, así como instalar filtros de seguridad de manera permanente y “el acompañamiento a usuarios en zonas con altos índices delictivos”.
Según el más reciente informe que presentó la Unicef sobre los retos y avances para la niñez en México, en 2015 se registraron 1.057 homicidios de niños, niñas y adolescentes: 2,8 asesinatos cada día. Además, este crimen aumentó un 3,8% contra los adolescentes entre 15 y 17 años, de 2014 a 2015.
En la misma línea, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía de México (Inegi) publicó en 2016 un documento sobre la violencia que sufren los niños en el país. En ese reporte registró que desde 1990 hasta 2014, la tasa de homicidios para menores de edad ha sido menor a 5 por cada 100.000 personas, pero entre 2008 a 2012, hubo un incremento promedio de 24%, seguido de un progresivo descenso para los dos siguientes años.
Sin embargo, a pesar de todas las justificantes de las que echan mano las autoridades, en esta ocasión aplican dos dichos populares; “a niño ahogado tapan el pozo” y “muerto el perro ser acaba la rabia”, mientras bajo tierra, el cuerpo de una niña inocente se pierde para siempre.
Reportaje a cargo de: Rodolfo Herrera Charolet
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