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Las Cholulas unidas por la fe

Enfundada en su vestido blanco, con su corona y aureola, resguardada en un nicho y rodeada de flores, estandartes representativos de diferentes parroquias, faroles y palomas blancas de papel, fue como peregrinó la tarde de ayer la Virgen de los Remedios, misma que bajó de su templo ubicado en la parte alta de la Gran Pirámide y a quienes los pobladores le rogaron por la paz y el respeto de sus tradiciones. 

Después de 300 años esta fue la segunda ocasión en la que esta advocación mariana, tallada en madera, encabezó la procesión de hermandad entre los pueblos de San Pedro y San Andrés Cholula, cuyo acto de reconciliación fue demostrado en la organización del acto religioso que se acompañó por cantos, letanías, oraciones e incluso hubo quienes derramaron lágrimas por la fe que le tienen.

Cual anunciación del cielo con los intensos rayos del sol, rodeada por palomas blancas y flores, la Virgen descendió por las escaleras de la Gran Pirámide de Cholula. Bajo sus pies se ubicaron de manera alternada más de una decena de devotos, a quienes el calor y el peso de la propia imagen no les importaron con tal de estar cerca de ella.

"Segunda Bajada de la Santísima Virgen de los Remedios por la paz de las Cholulas" fue el nombre que se dio a la peregrinación que comenzó unos minutos después de las 16:00 horas de este sábado, donde personas de todas las edades se congregaron para acompañarla desde su salida del templo hasta San Andrés Cholula y de regreso, donde se celebró una misa por la paz.

A su paso por las calles de los dos municipios, los feligreses rogaron a la Virgen por la tranquilidad en sus comunidades, cada letanía y canto fue ofrecido para mantener la seguridad y respetar las tradiciones de sus pueblos. La invitación se extendió a las comunidades de San Pedro, San Andrés y Santa Isabel Cholula, de donde los fieles atendieron el llamado sin dudarlo.

Como signo de pureza niños y mujeres llevaban entre sus manos flores blancas y una paloma de papel, signos representativos de paz; otras, platos con imágenes de la Virgen, figuras del Niño Jesús y diferentes advocaciones de Cristo. Mientras que los hombres cargaron los estandartes distintivos de sus comunidades, los faroles y bastones con veladoras.

El sudor ya escurría por la frente de Emilio, un hombre de unos 40 años de edad, quien durante un periodo de 5 minutos o menos estuvo en el contingente que cargó a la Virgen. Al delegar el nicho a otro devoto unas lágrimas corrieron por sus mejillas. "Es la emoción por estar cerca de la Santísima Virgen, le pedí por mis hijos, por mi trabajo, por la paz, por el gobierno, lloro de pura emoción", logró enunciar y se acomodó entre los demás peregrinos.

La importancia de este evento religioso, además de orar por la paz y reunir a los pueblos de las Cholulas, es que es la segunda ocasión, después de 300 años, que se organizan para peregrinar con la Virgen de los Remedios y otras imágenes católicas, que son representativas de su cultura y fe.

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